GUÍA DE TRABAJO # 5
Nombre De la Institución: Institución Educativa Alfonso Mora Naranjo. Sede: Santa María Goretti.
Propósitos:
- Caracterizar cada uno de los siguientes momentos, de la vida de la institución educativa: entrada, descanso y salida, como escenarios complementarios para la educación que corresponde a la escuela, es decir, como currículo oculto.
Contenidos: currículo oculto.
Actividades:
- Asistir a la institución en el momento de la entrada de estudiantes y docentes al inicio de la jornada.
- Estar presente en el momento del descanso escolar.
- Presenciar la hora de la salida de estudiantes y profesores de la institución escolar.
- Observar los comportamientos de estudiantes y docentes, tomar nota de los mismos e identificar en ellos los aspectos formativos o educativos (esto para cada momento).
Medios y recursos: blok de notas y lapicero.
Apreciación del aprendizaje: Cada día que voy a la institución me enfrento a situaciones distintas, por ejemplo, no me quitaba de encima a una niña de siete años, Vanesa, quien en varios momentos del descanso parecía supervisando lo que estaba haciendo, con cada cosa me preguntaba que para qué era. Lo curioso es que me preguntó todo sobre mí, dónde vivía, qué hacia, si tenía hijos; lo que hice fue responderle y al final me despedí porque ella ya debía continuar en clases.
La jornada de la mañana inicia de 7:00 am a 12:00 m, la de la tarde de 12:30 pm a 5:30 pm.
Al dirigirme esa mañana a las 6:50 am, lo primero que vi fue a una mamá con su hijo tratando de ir al mismo ritmo que ella, iba tan rápido que los pequeños pasos de aquel chicuelo no le daban para alcanzarla. Se le notaba a la mamá que iba de afán como si fueran a llegar tarde, cuando era justo el momento para llegar.
Cuando comencé a hacer la observación de la entrada sólo estaban, el portero y una profesora, ya adulta, pendiente de que todos los niños entraran en orden. Se sentía en esa mañana fría un ambiente de ganas de seguir durmiendo, el susto por iniciar otro día de clase, y la sensación de que la jornada se terminara rápido, sobre todo en los niños más grandes.
A la hora que estaba en la entrada se sentía mucho ruido, sobre todo de las mamás que acompañaban a los más pequeños a la escuela, ellas con cara de dormidas, sólo tenían alientos para hacer advertencias y sentenciar castigos si no se portaban bien en la escuela.
No eran muchos los niños que estaban acompañados por sus mamás, realmente pude contar al menos 12, de todos los que allí estudian en esa jornada. Cuando comenzaron a ingresar, unos casi se caen, otros no querían, y otros por el contrario con alegría de comenzar un nuevo día de clase.
Las niñas con sus uniformes bien puestos, con el cabello mojado, algunos niños con el uniforme bien puesto, y otros con el uniforme sucio del día anterior.
Antes de ingresar me tocó esperar diez minutos a que el portero, muy serio, me anunciara con la coordinadora, me dijo, niña entre, espere ahí y durante el tiempo que estuve allí no me habló, sólo se dedicó a sostener la puerta para que nadie más ingresara o saliera sin su consentimiento. A diferencia del otro vigilante que me encontré la primera vez que fui a la escuela, éste era muy antipático.
Ese día no hubo reunión en el patio salón, sólo se reúnen a primera hora los lunes para los "buenos días" y las "buenas tardes". En éstas reuniones hacen la oración para encomendar la nueva semana que comienza a Dios, además para hacer recomendaciones de comportamiento, en clase, en los descansos, en la entrada, en la salida.
Las clases comenzaron, y a la vez, a sobresalir la voz de los profesores llamando al orden a sus estudiantes porque no atendían a las instrucciones o la lección que les estaban dando. Mientras este tiempo transcurría, ya que las clase son de 50 minutos, y el descanso sólo era hasta las 8:40 am, me fui para mi casa a desayunar. Regresé a las 8:30 para ver cómo era el comportamiento en este espacio de tiempo que sólo era hasta las 9:10 am.
Cuando sonó el timbre todos salieron llevándose por delante lo que encontraron, desesperados por abrir sus loncheras y ver qué les habían echado. Las niñas se sentaron juntas a disfrutar de sus algos, los niños se fueron a comer rápido el algo para jugar fútbol. Los descansos están marcados por tres espacios. Los tres patios. Uno a cada lado y los divide el corredor donde está el patio salón. En cada espacio están los niños hablando de las clases, de sus tareas, y de los que van a jugar cuando terminen.
También se notó la presencia de los profesores, quienes estaban distribuidos para acompañar el descanso "vigilar" todo lo que allí sucedía con el fin de controlar que no sucediera nada que impidiera el descanso de los niños. Cuando terminaron de comer, los niños se fueron a jugar basquetbol y futbol, y las niñas a jugar lazo. Todos, al escuchar el timbre, al final terminaron sudando y se fueron a sus aulas con ganas de seguir en la cancha porque querían continuar con la diversión. Los profesores, como guardianes del descanso, aprovecharon cuando terminaron de entrar los niños se fueron cada uno por su lado a buscar el desayuno, ya que en el momento de acompañamiento, no fue posible.
Me fui a caminar por todos los espacios de la escuela y me encontré con una niña que estaba jugando sóla, le pregunté, ¿por qué estas sóla?, me respondió: "porque mi amiguita está con otra amiguita y no me presta atención"...le dije, pero ya debes estar en el salón, mira que ya todos entraron y te regañan. Me dijo: gracias y se fue.
Mientras todo esto transcurrió, continuaba con Vanesa al lado quien no se me despegó, sólo hasta que llegó el momento de ir al salón, me dijo chao, cuándo vuelves... le dije, en estos días.
Después de todo este proceso me fui para mi casa a esperar la hora de salida, a las 12:00m.
En la puerta, el vigilante, cumpliendo muy bien su función, no dejaba salir a los más pequeños hasta que llegaran los padres de familia por ellos. Los niños al ver a sus papás se les iluminaba el rostro, otros por el contrario con la cara de susto. Otros con salieron al encuentro del señor que vende siempre a la salida y se quedaron en un círculo mirando los algodones de azúcar que eran inalcanzables, sólo costaban $500. Otros estaban al lado del que vende todo a $200, donde encuentran desde un carrito, hasta un brillito para las niñas, algunos eran sorpresas, otros estaban al descubierto para que se animaran a comprar.
En la salida sólo estaba una profesora, quien a todo el papá o mamá que llegara le decía si se había portado bien o no su hijo, a lo que unos respondían, en la casa hablamos, otros no le prestaron atención y sólo dijeron gracias, otros se detenían a preguntar qué debían reforzarle en la casa a su hijo o hija.
De todo este contexto, y de los muchos momentos por los que pasan las niños en la escuela, recuerdo a una señora de edad, una mamá, quien tanto a la entrada como a la salida, regañaba a su hijo o nieto, no se, por todos los movimientos que hacía, lo gritaba, lo sacudía, se notaba que era una señora humilde, de escasos recursos y sin educación que todo el tiempo llamó la atención por hablar a un timbre tan alto, que superaba el de los profesores llamando la atención a sus alumnos en clase.
Cuando todos los niños se quedaron en la salida, el portero salió, con la autoridad que cree tener, a decirles: " no se queden por ahí, vayan a hacer las tareas..." nadie le prestó atención y siguieron rodeando a los señores de las ventas para ver si les regalaban algo porque sus pequeños bolsillos sólo estaban llenos de ganar de comer un dulce o un mago a la salida.
Las niñas con sus uniformes bien puestos, con el cabello mojado, algunos niños con el uniforme bien puesto, y otros con el uniforme sucio del día anterior.
Antes de ingresar me tocó esperar diez minutos a que el portero, muy serio, me anunciara con la coordinadora, me dijo, niña entre, espere ahí y durante el tiempo que estuve allí no me habló, sólo se dedicó a sostener la puerta para que nadie más ingresara o saliera sin su consentimiento. A diferencia del otro vigilante que me encontré la primera vez que fui a la escuela, éste era muy antipático.
Ese día no hubo reunión en el patio salón, sólo se reúnen a primera hora los lunes para los "buenos días" y las "buenas tardes". En éstas reuniones hacen la oración para encomendar la nueva semana que comienza a Dios, además para hacer recomendaciones de comportamiento, en clase, en los descansos, en la entrada, en la salida.
Las clases comenzaron, y a la vez, a sobresalir la voz de los profesores llamando al orden a sus estudiantes porque no atendían a las instrucciones o la lección que les estaban dando. Mientras este tiempo transcurría, ya que las clase son de 50 minutos, y el descanso sólo era hasta las 8:40 am, me fui para mi casa a desayunar. Regresé a las 8:30 para ver cómo era el comportamiento en este espacio de tiempo que sólo era hasta las 9:10 am.
Cuando sonó el timbre todos salieron llevándose por delante lo que encontraron, desesperados por abrir sus loncheras y ver qué les habían echado. Las niñas se sentaron juntas a disfrutar de sus algos, los niños se fueron a comer rápido el algo para jugar fútbol. Los descansos están marcados por tres espacios. Los tres patios. Uno a cada lado y los divide el corredor donde está el patio salón. En cada espacio están los niños hablando de las clases, de sus tareas, y de los que van a jugar cuando terminen.
También se notó la presencia de los profesores, quienes estaban distribuidos para acompañar el descanso "vigilar" todo lo que allí sucedía con el fin de controlar que no sucediera nada que impidiera el descanso de los niños. Cuando terminaron de comer, los niños se fueron a jugar basquetbol y futbol, y las niñas a jugar lazo. Todos, al escuchar el timbre, al final terminaron sudando y se fueron a sus aulas con ganas de seguir en la cancha porque querían continuar con la diversión. Los profesores, como guardianes del descanso, aprovecharon cuando terminaron de entrar los niños se fueron cada uno por su lado a buscar el desayuno, ya que en el momento de acompañamiento, no fue posible.
Me fui a caminar por todos los espacios de la escuela y me encontré con una niña que estaba jugando sóla, le pregunté, ¿por qué estas sóla?, me respondió: "porque mi amiguita está con otra amiguita y no me presta atención"...le dije, pero ya debes estar en el salón, mira que ya todos entraron y te regañan. Me dijo: gracias y se fue.
Mientras todo esto transcurrió, continuaba con Vanesa al lado quien no se me despegó, sólo hasta que llegó el momento de ir al salón, me dijo chao, cuándo vuelves... le dije, en estos días.
Después de todo este proceso me fui para mi casa a esperar la hora de salida, a las 12:00m.
En la puerta, el vigilante, cumpliendo muy bien su función, no dejaba salir a los más pequeños hasta que llegaran los padres de familia por ellos. Los niños al ver a sus papás se les iluminaba el rostro, otros por el contrario con la cara de susto. Otros con salieron al encuentro del señor que vende siempre a la salida y se quedaron en un círculo mirando los algodones de azúcar que eran inalcanzables, sólo costaban $500. Otros estaban al lado del que vende todo a $200, donde encuentran desde un carrito, hasta un brillito para las niñas, algunos eran sorpresas, otros estaban al descubierto para que se animaran a comprar.
En la salida sólo estaba una profesora, quien a todo el papá o mamá que llegara le decía si se había portado bien o no su hijo, a lo que unos respondían, en la casa hablamos, otros no le prestaron atención y sólo dijeron gracias, otros se detenían a preguntar qué debían reforzarle en la casa a su hijo o hija.
De todo este contexto, y de los muchos momentos por los que pasan las niños en la escuela, recuerdo a una señora de edad, una mamá, quien tanto a la entrada como a la salida, regañaba a su hijo o nieto, no se, por todos los movimientos que hacía, lo gritaba, lo sacudía, se notaba que era una señora humilde, de escasos recursos y sin educación que todo el tiempo llamó la atención por hablar a un timbre tan alto, que superaba el de los profesores llamando la atención a sus alumnos en clase.
Cuando todos los niños se quedaron en la salida, el portero salió, con la autoridad que cree tener, a decirles: " no se queden por ahí, vayan a hacer las tareas..." nadie le prestó atención y siguieron rodeando a los señores de las ventas para ver si les regalaban algo porque sus pequeños bolsillos sólo estaban llenos de ganar de comer un dulce o un mago a la salida.
Nombre del estudiante: Lizaira Correa
Fecha: 18 de marzo de 2011.